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LA CAMINATA
SEGUNDA PARTE…
Ahí estaba yo, una vagabunda más y ermitaña entre tantos olvidados en las calles, en medio del infortunio que supone el hecho de hacer parte de una sociedad corrupta como la mía
SEGUNDA PARTE…
Ahí estaba yo, una vagabunda más y ermitaña entre tantos olvidados en las calles, en medio del infortunio que supone el hecho de hacer parte de una sociedad corrupta como la mía
PRIMERA PARTE…
Luego de todo lo ocurrido quise caminar en dirección a casa, esto conlleva una gran distancia, pero lo que menos importaba era aquello, de cierto modo esperaba que mi mente volara hacía la imperfección del mundo que construimos con nuestras manos manchadas por el delito del día a día
Y nada me llena más que el saberme conmigo, habitando en el movimiento continúo de este amasijo viviente que respira y se agita, que pulsa fecundidades rojas de vida, desde este fruto carnoso e imparable que me sacude a su ritmo.
Te escribo cuando a mi paso alguien se acerca trayéndome el olor de tu perfume y tu sonrisa blanquecina, cuando te veo vacilando con tu contoneo en otro cuerpo.