ADIÓS MUSA

Y fue tanto lo que te estuve reteniendo que no me di cuenta, ni mis letras tampoco.  Que tú ya no eras, que no fuiste, que nunca has sido nada de aquello que mi ingenuo sentir había erigido, tardé demasiado tiempo sangrando cada letra, negándome a la evidencia de tu mentira, a la levedad de lo ilusorio que mi sentir abastecía.

DESDE TU BALCÓN

Así veo todo, bares invitándote, invitándome, a nuestras horas parlanchinas, a tus sustanciales conversaciones; playas melancólicas de ti y por mí, y si te hablara de tu balcón, ah, tu añorado balcón, si te contara lo vacío que está ahora sin ti, vestido de lúgubres colores y tantas hojas secas de ese árbol que tristemente le pregunta dónde estás tú