LUNA
Hoy que no estás a mi lado y tu ausencia enluta los atrios tristes de mis aposentos, sigo viéndote caminar por los rincones de este lugar que fue tan tuyo, tan mío, tan nuestro, puedes creerlo LUNA, tus pisadas dejaron un eco sempiterno. Hoy que tus tonos fuertes no me despiertan de mis frecuentes letargos; que tu figura en la mañana ya no colorea de malva el día y tu amor no abastece la soledad que ha poblado mi vida en los últimos años, puedo ver lo que tu pequeña existencia le daba a la mía.
Hoy que tus suaves mordidas no me han recordado más, que también hago parte de las almas encarnadas que divagan perdidas entre amasijos de huesos, viviendo insoportables levedades en un mundo que gira como un tiovivo, danzando la obra interminable de este circo llamado vida, se lo que tu vida le daba a la mía.
En el corazón tengo atravesada como flecha tu ausencia, de lado a lado carcomiendo lo que ha quedado desde tu partida, mi ser tiene habitaciones vacías y balcones raídos por el tiempo, ropas sin dueños, abrazos huérfanos y oscuras cavernas que sondean mares salados en mis tristes desiertos; hoy sin ti sigo a tientas, a medias, con tu mirada entre ceja y ceja alimentando mis forzados días, mi alma está rota sin tus huellas creando surcos y hondas de amor día tras día.
LUNA, quisiera explicarte que me dueles con dolor sordo y agonía, que me pesan los días sin ti, el no ser continuidad, que me faltan tus ojos contándome historias de alegrías, gratitud, necesidades y amor, que el vacío de tu ausencia enfermó todas las cosas, que el color no es color y la rosa no es rosa, que el tiempo se estancó en nuestro tiempo y en los días en los que fuimos solo tú y yo.
Hoy que solo me queda este desdén y el sabor amargo del adiós, te puedo prometer cielos de nubes blancas que me muestre tu rostro apacible, tardes rememorando tus latidos en mi oído, mañanas de tus ladridos suaves en mi despertar, mi amor que no cesa hasta el último latido. Escribirte en este valle negro y plasmarlo en aquel lugar donde la retina ajena hace propia esta historia de las dos. Puedo explicarle a quien nos lee que nos separó un mundo hostil, la masacre del desamor y la vestimenta de la indiferencia que transita por esta tierra, y que tú y yo fuimos en cuatro años un universo que trascendió.
Para Luna, un amor de cuatro patitas que me enseñó cómo se ama de verdad y el significado de la lealtad…
Katty Sáenz
West Babylon, New York.
Febrero 08 de 2022