Entre tus sumas y tus restas, a veces más restas que sumas, tú no lo avistas, pero almas con desasosiego marchan en delirios sobre lo incierto, van creando un mundo tópico de sacudidas sombrías que se desbordan en lo efímero de amores que no han nacido y ya están muertos.

Entre tus sumas y tus restas no te das cuenta, pero las manos se aflojan, los ojos revientan, el llanto asola, el cuerpo se tensa, los labios ocultan, el corazón se arruga y el ser yerra en muchas preguntas y pocas respuestas.

Entre tus sumas y tus restas, entre tus ideales cabales de un amor que abarca expectativas flotantes, eres libre del caos que a tu paso creas, llevas sobre tu bienamada vida la inocencia de una sonrisa florida, de un cuerpo latiente y contenido que a su paso se abre como un manantial en lugares desérticos donde colmar la sed no pueden sentimientos colgantes y desatendidos.

Entre tus sumas y tus restas hay damiselas zarandeadas, corazones enlutados cabalgando en medio de hogueras, sustancias marchitas que heridas siguen los pasos de tu ojos profundos y almendrados, merodean bajo la sombra imperiosa de tus labios lineales de susurro angelical y afirmaciones tajantes.

Entre tus sumas y tus restas no eres culpable de tu forma arrolladora y de tan vasta inteligencia, tampoco los son almas que te pueblan de vestidos coloridos y contoneos inconquistables.  Culpable en todo caso ha sido Dios que no tuvo reparo a la hora de crearte, y te ha provisto de un cuerpo de colinas y de valles palpitantes, de tus profesos carnosos acaramelados y de tu mirada fulminante.

Katty Saenz

Palma de Mallorca- España

Octubre 16 de 2014