Madre mía, luz de mi alma habitada por tu sonrisa, tallada con tus caricias y edificada con tus besos, quisiera traerte hasta aquí como lo hago con mi pensamiento y llenar este horizonte que acompaña mi existir con la dicha de tu presencia, poblar de estrellas nuestro universo y sellar en tu bien amada vida este amor de arena, rocío y trigo que embarga cada amanecer de mi vida anacoreta.

Madre mía, no se puede cantar ni plasmar en estos pequeños versos lo que te extraño, no se puede exponer en libros de prosas cuanto te añora mi ser, pero madre mía, pregúntale a este océano que se posa ante mis ojos carvanas huecas del llanto sin tregua, a estas aguas claras como tu amor de madre y a las aves que salen de tus manos abiertas, pregúntales cuantas veces eleve mi mirada al cielo en clamor a Dios por tus linderos calidos, pediendo a grito y sollozo tu voz arrulladora, tu querer sin tregua, tu constancia perpetua y ese amor a ciegas.

Pregúntale cuantas veces en sus arenas blancas custodiadas por olas espumosas, mi pequeña humanidad se ha abatido en guerras internas que reclaman día y noche tu presencia.

“Para vos bella dama, para vos, el centro de todas las cosas, el ombligo de mi mundo, la fortaleza y el ejemplo que me hace sentir guerrera, para vos que hiciste de esta levedad que me contiene tu máxima proeza”.

Mayo 08 de 2011

Palma de Mallorca

Katty Sáenz

(Día de la madre)